Monday, September 25, 2006

RECUERDOS DE COLORES

Foto:Marta Gonçalves



Parece una locura pero, hacer el amor en aquel pueblito me llega hoy diferente.
Como si los dioses hubieran corregido sólo las páginas del amor. Pero así llega. Imágenes con resaltador, una versión potenciada de lo mejor de tardes de siestas y noche largas.

Aparecen como hojas de un delicioso libro de colores, gris, púrpura y algunos rojos… los recuerdos.

Hay olores, hay una lluvia lenta que golpea en chapas, hay un libro sobre la mesa. Hay un abrazo profundo que todo lo cura.

Una habitación humilde en penumbras, mágica, enorme…Una fuerza que se te mete en el cuerpo como un trago gigante, una energía alimentada a sensaciones.

Caricias de dioses, de hadas buenas y demonios neutrales, de lo bello, lo prohibido y todo lo demás.

El tesoro estaba allí, afuera moraba la tristeza de un pueblo abatido. Y nos quedábamos donde podíamos seguir creyendo que el cielo, la noche, la lluvia y el sol…nos alcanzaba.

Hoy en esta tarde, 25 de septiembre de 2006 recuerdo…

Wednesday, September 20, 2006

LA CASADA Y EL ESCRIBIDOR ( MUJER DE AGUA II )

Foto: Pascal Renoux


Luis había publicado su relato primero de ficción. Construido “desde el pie” con las historias verdaderas que había recorrido. Las secuencias inolvidables de cada amor, de cada mirada y de cada beso. Con ansiedad revisaba el blog esperando encontrar los comentarios que le alentaban a creer, a sentir que la magia también se puede compartir y con la esperanza de que sirva para algo.

El msn gritó su alerta desde una de las empresas que de tanto en tanto solicitaban servicios de buceo o avisaba que se podía pasar a buscar el pago.

-¿Estás ahí?
-Hola Anita!! Cómo estás!!
- Leí tu historia y debo hablar con vos.
- ¿ Sí? ¿Te gustó?
- Claro que sí, pero debo hablar con vos.
-Sí, no hay problemas.
- Pero por el msn, ¿sí?
-Ta.
- ¿Nos conectamos tipo 18hs? ¿Podés?
-Sí, todo bien.
-Chau Luis.
-Chau.

No fue más que un instante, regresó al entusiasmo del mundo nuevo del blog. Fascinante para él. Cómo no serlo, tantos años escribiendo poemas y canciones que leían sus amores y él. Claro que a veces se animaba a pensar o fantasear con un libro. La idea de que te lean muchos. Quedar a mano de la descendencia.

Sus lectores conocidos no deben pasar de 40 o 50. Están los otros que sólo imagina, como los comentarios que le llegan de España y Estados Unidos. Seguramente pueden ser muchos los que miran desde el universo de Internet. Pero cree que el círculo cercano que se crea y crece de a poquito, es el maravilloso.

La campanita anunció su llegada, ya eran las seis de la tarde. Miró interesado el monitor, de pronto rescata una curiosidad, que querrá Anita?.

- Hola Luis!! Disculpame, tenías algo que hacer?
- No!! Me muero de curiosidad!! Contame…

Luis, hasta hoy he estado inmóvil, hasta hoy he sido yo con mi cabeza, con mis sensaciones y mis deseos. Tu historia me movilizó hasta pensar en que debo replantear mi relación de pareja. No pienses que exagero, no vos por favor. Cuántas como yo reclaman permiso para usar lo que se lleva adentro y pide salir. Por qué reprimir lo que por naturaleza siento, lo que por naturaleza llevo.

Quizá estoy loca como dice mi marido, cuando recién nos casamos había pasión, había libertad de amarnos, de expresar las ganas como salieran. Hasta que un día me dijo: -No grites!!! Los niños pueden escuchar!!! Quedé inmovilizada.. Qué te pasa mujer!!! Que lo parió!!! El mundo se derrumbaba de verdad, sentí peso en mi cuerpo, sentí que estaba caída sobre el cuerpo de mi esposo, me sentí ridícula y absurda.

Había visto en él belleza, amaba su espalda ancha, los músculos de sus piernas, sus poderosos brazos, su voz ronca y suave que muchas veces susurró al borde de llegar al final, como él llegaba, cerrando un capítulo y se dormía, pero aún lo amaba, sí que lo amaba.

No quiero hoy vivir presa de mí misma, quiero soltarme, quiero gritar si hay que gritar, quiero sonreír, quiero intentar ser yo de una vez por todas.

De pronto dejé de amar al que antes me inspiraba sueños y fantasías, al que hoy es un hombre que no esperaba, el hombre que hoy encuentro todos los días y que se transforma en un compañero, que cuando despierta a la mañana y me toca, me angustio, disimulo mis lágrimas y busco un camino de huida.


Hasta aquí Luis permaneció en silencio, dejó de estarlo por el silencio de Anita que seguramente sollozaba.
-Anita? Estás ahí?
- Sí Luis, perdoname, siento vergüenza, perdoname. Luis, dejá no digas nada, permitime decirte que desearía tomarme un café con vos algún día. Pero ahora debo irme, no sé… ya no quiero encontrarle explicaciones a las cosas. Desde hoy empezaré a caminar distinta esta vida. Te mando un gran abrazo y gracias!!!

Luis se quedó mirando el monitor y sintió que al fin y al cabo MUJER DE AGUA había servido para algo. Cerró el msn y salió afuera, el sol todavía brillaba, es primavera y hay un clima de respirar hondo, de caminar y disfrutar...

Monday, September 11, 2006

MABEL

La casita lejana del fondo...reflejada en su ventana al mar...

Foto: Tony Brochado


Amor y un grito
Un salto a la inmensidad
Lejanías cerca
La arena el sol
Y toda la playa

Las casitas como cuadros
Los reflejos de luz en tu ventana
El amanecer en tu almohada
Los pies de tu cama en el mar

Un espíritu vigoroso
De mujer amada
Torrente de sangre a tropel
Por cada rincón de tu casa

Más allá de “Las Coloradas”
Más allá de los ruidos
Sólo sonidos de habitantes
Salvajes como tu patio
Como tus manos y tus libros

Enormes ventanales
Abiertos al espacio
Tu telescopio tus lentes
Todos tus sentidos

Expedicionaria
Con tus ojos
Con tus brazos
Con tus fotos
Con tu mirada de Mabel



Atardecer y Mabel

Wednesday, September 06, 2006

MUJER DE AGUA

Foto: Joau Sargo

La esperaba, pero apareció de la nada, como una sorpresa… Su paso enérgico se detuvo casi sobre mi cara. “Hola!” “Soy la buzo Florencia” ¿ Sos Luis? Sí!
¿ Cómo estás?

La urgencia del llamado del armador no me dejó prestarle la atención que quisiera. El barco zarparía en tres horas. Faltaba cargar la camioneta, cumplimentar trámites en la prefectura local, recorrer más de 60 kilómetros hasta llegar al puerto.

¿Estás lista? Me miró con una sonrisa e ingresó al galpón. ¿Qué equipo llevamos? Me sentí bien de pronto, al fin y al cabo me alentaba su actitud.
Cargamos la camioneta rápidamente mientras comentábamos sobre equipamiento de última generación y de su vida en Europa.

Bajó el cristal de su puerta, su pelo ondulado revoloteaba y a veces se quedaba suspendido. Mostraba algunos rizos más oro, quizás era el sol que jugaba con ella y el viento, no sé, pero con buen disimulo la miraba. Su estirado cuerpo se acomodaba sin dejar de acompañar la música reguee que a mí también motivaba.

No habló mucho en el viaje, por fortuna la radio no paraba de pasar buenos temas.
Ok, me dijo bajando el volumen. Como si hubiera calculado que ya era tiempo de hablar del trabajo a hacer y que restaban pocos kilómetros para llegar.

Hablaba con fluidez de buceo profesional pero sin dejar de escuchar y preguntar. Había curiosidad inteligente en su mirada. Y eso era casi inquietante. Una reacción muy civilizada de machismo agazapado y sin domar, daba vueltas en mi interior.

Frené la camioneta para ir marcha atrás en el muelle flotante, saltó de su asiento y corrió para hacerme señas. Su bolsa marinera era grande, sacó un traje seco negro de muy buena calidad y con bastante uso. Todo iba veloz y preciso. Quise instalar una pausa, una señal para desminuir la prisa.

Exageré en los preparativos del equipamiento y en la programación del buceo. Creo que hasta ensayé una cara sería para aquella situación.
Pero mi colega Florencia, ya me estaba proponiendo “ir a ver” .

Cargaba los botellones como si pesaran mucho menos y no dejaba de atenderme y preguntarme si necesitaba ayuda. Rendido me dejé llevar. Dieciséis años yendo y viniendo al puerto sin que ninguna historia igualara aquel vendaval de energía y belleza. Un día bien interesante para empujarlo a que siga su camino y que nada lo detenga.


Bajo el agua nos hacíamos señas como si hubiéramos trabajado mucho tiempo junto. Su respiración liberaba pequeñas burbujas. Su pelo asomaba sobre los hombros y su casco. Mostraba tranquilidad, seguridad, una novedosa combinación, de una eficiente “mujer buzo”

Herramientas, cabos, língas, grúa, registro de imágenes, el barco, charla con la tripulación, con los técnicos. Un final. Un trabajo cumplido.



UNA NOCHE

Así que vivirás en San Antonio…¿No pensaste en Las Grutas? “ Veremos, por ahora me resulta más cómodo aquí” -Ok, cuando quieras me llamás y te llevo a recorrer, sí? -Me miró con entusiasmo y me gritó mientras cargaba su bolsa marinera: “Mañana!!” ¿Querés?” Buenísimo!!!” “Llamame!!” aceleré suavemente y no sé porqué miré el nombre del hotel, sabiendo como se llamaba.

La buena música ya no estaba, se escuchaban las mismas tandas publicitarias de siempre. Preferí apagar la radio y quedarme tratando de revivir un día de trabajo especial y único.

El chorro de agua dulce caía mansamente sobre el equipamiento, demasiado lento. Por lo general lavo trajes, reguladores y herramientas lo más rápido que puedo. Me gusta llevarme un té a la computadora luego y revisar mails, blogs y a veces chatear con mi amigo Toto que vive en Canadá. Pero no quería pasar la hoja de aquella nueva historia que me tenía con mis ojos clavados en la nada y rodeado del desorden de aquella rutina de años, un montón de equipo salado en espera.

Sonó el celular, huy!! Lo único que espero que no me vuelvan a reclamar del puerto. Pasa muchas veces, la ruptura del aterrizaje, la vuelta al carril, el mecanismo del esfuerzo que funciona bien cuando ya estamos de regreso, en la ruta.
Aló? Y una risa me dice que era Florencia. “Acabo de bañarme, que te parece si me llevas a Las Grutas? ” Sí claro!! ¿Una hora y media? “perfecto” “hasta hora” me dice con acento español y cuelga.

El cansancio podía verse con un diagnostico de rutina más que otra cosa. Terminé de ordenar mis cosas en el galpón casi con torpeza. Busqué la ropa que nunca me pongo, entré al baño me miré al espejo. Hay arreglos que hacer aquí, pensé. Recorté mi barba el extremo de mis largos pelos y me metí en la ducha. Ese agua que cae desde arriba sí que nunca será rutina. Es un bálsamo necesario después de un día de buceo. Reconozco mi cuerpo como un viejo amigo que hoy saldrá a conquistar el misterio, a buscar un poco de sosiego, a renovarse, a encontrase en una isla “mesa de café” o una playa tranquila para escuchar y ser escuchado. Para brindar simplemente por el encuentro de dos seres de agua.

Chau Luis!!! Me gritó “Pelusa” como siempre cuando pasa con su bicicleta por mi casa. Lo miro con placer y le grito con el saludo de siempre, esa noche más que nunca.

La ciudad se veía lenta, quizás porqué no había viento, había quietud. Había un preámbulo nocturno, una nueva oportunidad.

Había un pelo recogido, un broche español sobre aquella cabeza femenina que de espaldas fumaba recostada sobre un coche. Era ella, una mujer. Una versión impresionante de femineidad elegante y de buen gusto. Caminó lento hacia mí, se acercó como en la mañana. Me dio un beso que se quedó con su perfume medido, de aromas silvestres, agreste y azul de mar.

Se sentó sin dejar de mirarme y sonreír. Eso me puso nervioso presioné play para escuchar el CD estratégico para la ocasión. Quien si no que “Sabina” Amigo del camino, de la noche y la luna. De los mares del mundo, de los desconocidos por conocerse, de los borrachos de vino y amor. De nosotros, que hablábamos sin parar. Buceándonos la cabeza, sembrando risas por cualquier motivo.

Teníamos hambre de mariscos y un buen vino blanco. Un buen mar para mirarlo una vez más, sentados con su brisa y su magia. Así lo ve el buzo, casi redundante. Como parte de el y del agua.

Ordenó al mozo que prefería temas de Olga Román o Drexler para cenar. Yo no podía con mi entusiasmo. Mientras esperábamos me sugirió una botella de Bonarda Malbec que había encontrado en la información de la casa. Yo apretaba fuerte la copa de vino, mi mejor aliada en aquella tertulia nocturna. No había que ajustar ninguna tuerca, no había que aguantar ninguna respiración, no había un traje de neoprene que vestir. Había una bella mujer que me seducía a un ritmo arrollador. Había unas ganas de asomarse, de dejarse ganar por el instinto y decir y tocar como en una celebración.

Hay sabiduría natural en estas veladas, comemos despacio, bebemos a sorbos, hablamos pausadamente, sabemos escuchar, tratamos de usar las mejores palabras. Nos comunicamos, nos comprendemos y finalmente entendemos.

Me tomó de la mano y caminó hacía la playa. Dejó sus sandalias sobre una piedra. Caminé con ella, rodeé su cintura infinita, su cabeza se inclinó sobre mi hombro. El silencio fue sin dudas la mejor música, sólo el mar, siempre el mar. Acompaña con su milenario sonido, y la luna grande y luminosa. Una puerta abierta a una inmensidad de sentidos, de tactos. De despegue a ese bendito lugar del placer más bello de la existencia. Amarse lejos de todo, dentro de uno que son dos. Un alarido sinfónico de plenitud. La pequeña muerte de “El libro de los abrazos”

¿Por qué es tan dulce un beso? Pregunté “porqué los dioses son sabios” me contestó sonriendo…

Sunday, September 03, 2006

DIOSAS

Foto: Diana César



Amiga que juega
Más alto
En lo más alto
De lo alto

Frenético/ Camino / Ave
Mundo paralelo/ Puertas / Umbral mágico


Mujer libre
Pura química
Manos eléctricas
Paisajes corporales


Grito/Suspiro/Entrañas
Belleza/Liberación/Amiga enriquecida


Sonrisa profunda
De ser bien amado
Mirada fascinada
De ojos bien mirados


* para vos hermana del alma…

Tony Brochado